Destino exótico donde los haya, las Seychelles no defraudarán a nadie por lo paradisíaco del lugar. Dentro de este conjunto de islas (son 115), la más importante y donde vive la gran mayoría de la población (y en la que aterrizaremos al ser la única que tiene aeropuerto internacional) es Mahé.
Lo primero avisar que éste es un país tranquilo y de fácil acceso, es decir, es totalmente viable realizar el viaje por nuestra cuenta y así ahorrarnos bastante dinero respecto a lo que nos presupuestan en las agencias. El idioma oficial es el francés y el Seychellois, pero como fueron colonia inglesa y actualmente viven del turismo, todo el mundo habla también inglés.


Victoria es la capital de las Seychelles. Como ciudad no es nada del otro mundo aunque lo más destacable es el templo Hindú (visitable por dentro y gratuito), el mercado, y la torre del reloj (que marca el centro de la ciudad). Fuera de esto, pasea por las calles y déjate llevar en la única zona de la isla que se rinde al caos.

Praslin es conocida también por sus playas. La más bonita es Anse Lazio, situada en el norte de la isla. Es de arena blanca, está rodeada de palmeras y es perfecta para hacer snorquel y ver alguna de las 300 especies de peces que hay en el archipiélago.
Desde Praslin se puede hacer una excursión a Curieuse Island, isla "tomada" por una especie autóctona de tortuga gigante que vive en libertad. Puedes acercarte a ellas con total libertad y darlas de comer, acariciarlas, hacer fotos... además de perderte por sus maravillosas playas y senderos.
La Digue es la cuarta isla más grande de Seychelles y se puede acceder a ella únicamente por ferry desde Praslin. Una vez llegas al embarcadero, hay tres formas de llegar a tu hotel: taxi, bicicleta o carro de buey. Nosotros escogimos el carro de buey para llegar a nuestro hotel, y he de decir que es una experiencia un tanto "curiosa". Una vez experimentado esta forma de locomoción tradicional, es habitual que los turistas lo abandonemos por la bicicleta. La Digue es una isla con muchísimo encanto, muy virgen y auténtica. Aunque no son muchas las personas que viven aquí, puedes compartir con ellos (montando en bicicleta, sufriendo la escasez de alimentos en los supermercados...) su día a día.
La Digue impresiona por su autenticidad y naturaleza virgen. En esta pequeña isla está situada la que está considerada mejor playa del mundo: Anse Source d'Argent. Para acceder a esta playa hay que ir hasta Anse Union (playa Union) y pagar una entrada de unos 20 euros para acceder a una colonia de tortugas gigantes (a las que puedes dar de comer lechuga) y una plantación de vainilla muy interesante. Una vez pasado este parque natural, ya podemos acceder a una serie de playas espectaculares, de las cuáles Source d'Argent es la última de ellas. Recomiendo encarecidamente ir a última hora de la tarde, para ver el anochecer. No suele haber mucha gente (suelen ir a primera hora, comer allí e irse ya que mucho vienen a pasar el día desde Praslin) y las vistas son impresionantes con el cielo anaranjado. Veréis que es un auténtico paraíso.

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